Human be in (poemas a Allen Ginsberg)





I


Por donde andarán tus pies voladores
tu silueta cósmica celestial
tu maquinaria de árboles. Hoy
el cielo te tiene en sus nubes prolongadas
como ríos mundiales
una selva, una mirada, un hijo de la luz
ardiendo entre palabras. Allen
en mi casa resuenan tus mantras
magisterios de sangre libre
hipnotismos de hachís y melancolía
de humo espeso, mitológico,
humo de embriaguez. Quisiera
que la ventana torpe de mi cabeza
flameara en el viento
barba azul de la sabiduría.



II



Dejo mi cabeza líquida escurrirse
por entre las nubes y elevarse
como un ciprés de aire robusto
respiración de mamífero eterno
hijo del sándalo dulce
y los antibióticos mundanos.

Dejo mi cabeza pez de cielo y tierra
en su laberinto de horas y esperas
y sueños y aullidos.

Dejo mi cabeza despeinada
al servicio de la libertad
al ritmo de los huesos que me habitan
y hago un mundo para ver la nitidez del horizonte
en los ojos de la amante pequeñísima.



III


“No nos gustaba más la Capital”
                                                                Marina Fages



Ya quisiera yo
invertebrado como el viento verde
de las praderas que te esperan
seguirte
tomarte del brazo y huir
de este desparramo de mundo.

Ya quisiera yo
abandonarlo todo
y verte sonreír
jugando al sol y a la luna
en un sitio cualquiera

Ya quisiera yo
ser otro
menos impreciso
menos torpe
y devolverte la humanidad
del beso el abrazo y el vino.



IV


El viento sopla
acaricia el interior de la casa
hombre y animal
están a salvo
respiran al mismo tiempo
la paz se deja acariciar
el humo del porro
queda suspendido sobre mi cabeza
y luego
aletea su espesura
y se acopla a las reconfortantes nubes.



V


Hermoso ser
contagia mi sangre de libertad
quita los misterios de mi mente
y hazme cosquillas
mientras el mundo
gira a la velocidad de la muerte
y chocan en el espacio
las palabras absurdas de la gente absurda
y me refugio en mi pequeño esqueleto
y me pierdo en las ideas

estoy despierto
y no le tengo miedo
a la guerra en el cuerpo del hombre

sonríe conmigo
dame la mano
me quiero ir de aquí.



VI


Llega la luz a las horas insomnes
y recorremos la ciudad
como fantasmas
acariciamos las flores de los jardines nocturnos
y vemos la calma de la danza de los árboles
sabemos de los sueños
y de lo infinito de las posibilidades del ser
mientras hacemos la ruta de la alucinación
y me dejo llevar por el músculo de la mente
brillante de tus palabras.

Estoy despierto en la palma de tu mano.