Trampolín: Familia








Un huevo de sangre
en el cuerpo
lleno de serenidad
incertidumbre
y fragilidad.
Un llamado increíble de la naturaleza
que se gesta en un tiempo finito
y culmina con un grito
muchas veces
en un llanto

pero siempre
resulta ser
el aullido desconsolado de una vida.



II

Se hace grande
la casa en el silencio

en la duda

en los estrechos
canales del entendimiento.

Se llora detrás de las paredes

este duelo cotidiano

de ser sangre de otra sangre

de otra sangre
de otra sangre...



III

Se cae el niño
de las piernas de un bosque
para iluminar de un susto
futuros errores.



IV

La casa
tiene perfumes
de acontecimientos

y huesos pequeños

desordenados
sobre una cama grande.

La vida no es un juego

ni un juguete

ni son los hijos

coleccionables.



V

La misma sangre
en repetición

será una flor

un cardo
un escalón del cielo
en madrugada

un miedo grande

como una casa

lo profundo de un sueño

la luz brillante de un deseo.

Será una porción del cuerpo

en ebullición
siempre

de vida propia.



VI

Del cuerpo
saldrá el alimento
el primer eslabón mágico
de la naturaleza.

En la boca

el mundo tibio y amargo
derrocha una canción de cuna
 
y no se puede ver nada.

Lo desconocido

es toda la vda...


VII

Todas las mañanas
llevan en sí
un esqueleto irreconocible

una piedad

un gasto

cualidades del cariño


una raiz fuerte

debajo de todo lo visible.



VIII

Esa libertad
ya tiene un cuerpo
donde anidar

y poblar de ideas

su silencio primitivo.



IX 

La sangre sin oficio
no podrá
quedarse con mis sueños.